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jueves, 21 de julio de 2016

EVOLUCIÓN DE LA TERMINOLOGÍA PARA DIRIGIRSE A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD


Al hablar de terminología podríamos relacionarlo de manera directa con la lengua y el habla, que según Saussure, puede decirse que la lengua  es una creación social. El habla en cambio, es una acción y producto individual. La lengua va cambiando muy lentamente y según las necesidades de expresión que surgen de su empleo cotidiano, de esta forma se puede determinar que es un sistema social que constituye un producto estable. Por otro lado, el habla no es más que un producto libre que cada persona combina con los elementos que el idioma le ofrece, permitiéndole a cada una de ellas emplear la lengua de manera particular e individual.

                                                    

En este orden de ideas, los términos para dirigirse a las personas con discapacidad han ido evolucionando con el pasar de los años. Remontándonos en la historia podemos encontrar  que en algunas sociedades antiguas, era normal el infanticidio cuando se observaban anormalidades en los niños y niñas; un ejemplo está en el pueblo de Esparta que, por su carácter ofensivo, no permitía miembros no válidos. Acto que se elimina o condena tras la aparición de la iglesia cristiana, pero se alienta a atribuirles el origen de cualquier suceso sobrenatural y se les denominan endemoniados, personas poseídas por el demonio y otros espíritus infernales, sometiéndoles a prácticas exorcistas.


Así mismo, durante los siglos XVII y XVIII, a quien tenía una discapacidad psíquica se le consideraba persona trastornada, que debía ser internada en orfanatos, manicomios. Sin recibir ningún tipo de atención específica. Se les denominaba imbéciles, amentes, débiles mentales, diferentes, locos o locas. Y es a finales del siglo XVIII y principios del XIX, donde se inicia la institucionalización, de modo específico, de quienes tienen una discapacidad psíquica. Esto se debió a la idea de que había que proteger a las personas normales de la no-normal. La persona con discapacidad es separada, segregada y discriminada. Esta situación es alargada hasta principios del siglo XX por ser considerados como seres perturbados y perturbadores, antisociales.


Es importante destacar que a lo largo del siglo XX, las personas con discapacidad todavía eran rechazadas. También es conocido que, en la época de la socialdemocracia nazi, fueron otras de las víctimas del holocausto. En Suecia, hasta mediados de los años 70, se esterilizaba a las personas con discapacidad, incluso, sin su consentimiento. Medida utilizada para evitar la reproducción de lo denominado es ese entonces con no-normal.


La evolución de la sociedad ha ido mejorando desde los años 1980 y se han desarrollado modelos sociales de discapacidad que añaden nuevas apreciaciones al término. Por ejemplo, se distingue entre un discapacitado (cuya habilidad es objetivamente menor que la de la media) y una persona con capacidades distintas de las normales y que -aunque no representa ninguna ventaja o inconveniente- a menudo es considerado un problema debido a la actitud de la sociedad o el hecho de que los estándares están basados en características medias.  Estos cambios de actitud han posibilitado cambios en la comprensión de determinadas características físicas que antes eran consideradas como discapacidades.


Lo cierto es que, según se avanza en la aceptación de la diversidad de personas, la sociedad incorpora términos y matiza Conceptos.  Lingüísticamente, en algunos ámbitos, términos como "discapacitados", "ciegos", "sordos", entre otros. Pueden ser considerados peyorativos, debido a que de esta manera se puede estar etiquetando a la persona. En dichos casos es preferible usar las formas personas con discapacidad, invidentes, con sordera o con movilidad reducida.
La concepción peyorativa de las personas con discapacidad se ve reflejada en el lenguaje ofensivo, de uso común. Aun en la actualidad podemos encontrar personas utilizando términos como: Deforme, Ciego, Mutilado, Cojo, Sordo, Invalido, Subnormal, Minusválido, entre otros, a la hora de referirse a una persona con discapacidad. Aunque pocos, es aun existente la utilización de términos despectivos como estos.  Es importante aprender que el modo correcto de referirse a estas personas es PERSONAS CON DISCAPACIDAD, en ningún caso se compararla entre normal y anormal. Hay que tomar en cuenta al comunicarnos con personas con discapacidad que antes que nada son seres humanos que merecen todo el respeto y consideración al igual que otros y que por poseer rasgos diferentes a los nuestros.


Para finalizar podemos decir que El lenguaje es un factor básico en la construcción del pensamiento de una cultura. La forma de relacionarse una persona en su medio viene determinada por el lenguaje utilizado y a la inversa. Estamos conscientes de que el lenguaje no es neutral e influye sobre la manera de percibir y relacionarnos con las personas. Es por ello que debemos evaluar el uso adecuado del lenguaje ya que con él se puede determinar la inclusión o exclusión de un individuo en la sociedad. De allí viene la importancia de la evolución de la terminología para referirse a las personan con discapacidad, debido a que estas merecen ser tratadas como un ciudadano más.




La sociedad en la que vivimos ha dado grandes pasos en la comprensión y aceptación de la discapacidad y su relación con el entorno. Sin embargo, aun no las ha asumido, puesto que, la diversidad del ser humano no está solo en la discapacidad sino, en el tener personalidades distintas, estas solo son valoradas cuando se comprende que estas personas son biológicas, psicológicas y también socialmente capaces.




3 comentarios:

  1. Excelente reflexión, me parece muy interesante esta parte del blog puesto que la forma para dirigirse hacia los discapacitados no debe ser un problema o una dificultad, ya que ellos son personas como todos nosotros pero con pequeñas diferencias que no los hacen menos y merecen y deben ser tratados de igual manera, sin menospreciarlos por su condición y es bueno que la sociedad lo tome en cuenta para que vaya evolucionando cada vez mas en el mundo y que estas personas discapacitadas se sientan cada ves mas aceptadas tal y como son.

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  2. Es fuerte saber que antiguamente maltrataban y hasta mataban a las personas con discapacidad y que aun hoy son maltratados por la sociedad actual, quizá
    no con violencia física pero si violencia psicológica al discriminarlos o incluso ignorarlos. Debemos siempre tener presente que tomarlos en cuenta y respetarlos es su derecho y es nuestro deber como seres humanos.

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  3. La mejor forma de entender a una persona con discapacidad es relacionándonos con ella y no excluyéndola, así, podremos el ver el valor tan grande que tienen estas personas únicas; y de esta manera... podremos cambiar nuestro hablar.

    Que como expresa zamira: "El habla en cambio, es una acción y producto individual. La lengua va cambiando muy lentamente y según las necesidades de expresión que surgen de su empleo cotidiano". Cuando cambiamos nuestra cotidianidad, también cambiamos nuestro hablar y por ende, nuestro trato hacia las demás personas.

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